Aquí las peores razones.
1. Llegó ese día que tanto temías.
2. Dile adiós a tus planes y a tu tiempo libre.
3. Tú tratas de ganar aunque sea un día más de libertad.
4. ¿Ya extrañabas pararte temprano?
5. ¿O el transporte público?
6. Llegas al salón y ya se te olvidó cómo existir.
7. Y sabes que le gusta su trabajo cuando te toma por sorpresa.
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