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miércoles, 2 de diciembre de 2015

ALL FLASH SESSION: PATY CANTU (open)



Es la primera vez que Paty Cantú se atreve a hacer fotos así. esto demuestra que no tiene miedo a nada, sobre todo con el talento que ha pulido como compositora y cantante, un par de armas con las que probará conquistar al mundo.















Su actitud y sonrisa están a millones de años luz de ser estudiadas; sus palabras y conversación, al doble de distancia. Si existe un calificativo que pueda describir a esta cantautora, a quien las veinticuatro horas del día no le son suficientes, es precisamente su carácter natural potenciado por la intensidad que exuda por cada poro. Segura y cómoda consigo misma –además de dueña de una belleza innegable-, posee un carisma que se traduce en una sensualidad que emana naturalmente. Para muestra, estos botones.




¿En qué etapa de tu vida te encuentras actualmente?

– En una etapa de crecimiento. Contenta con todo lo que está pasando en mi carrera, con mi disco, con las oportunidades que están abriéndose en México y otros países. Siento que he aprendido como mujer a través de las canciones –aunque en teoría pareciera que las canciones son parte de mi trabajo; en mi caso son parte de mi expresión personal-, he aprendido a salir adelante, a volverme a enamorar, a reírme de mí misma y a no rendirme. Ni en mi vida personal o en el trabajo.




Según tu biografía en Twitter, afirmas ser una ‘drama queen’. ¿Así te percibes o te perciben?

– Es una combinación. En los ejercicios en los que uno puede dibujarse a sí mismo como se ve y luego preguntarle a alguien más que te dibuje como te ve; donde puede haber percepciones totalmente distintas, he encontrado que hay cierta característica que prevalece en ambas: soy intensa. Soy dramática; y no me refiero al dramatismo que proyecta tristeza, sino que soy dramáticamente intensa, dramáticamente feliz. Todas las mujeres tenemos un poco de drama en la personalidad. Me gusta que me digan esto, siento que eso me da un rasgo más humano y realista.




Eso de tener cuatro orejas, ¿Es una virtud o defecto?

– En el sentido literal, las orejitas se han vuelto un punto de identificación con la gente. En una pequeña rebelión inofensiva contra los estándares de belleza. Al final, es una afirmación de poder ser como yo quiera. En el sentido metafórico, soy todo oídos y me gusta escuchar. He aprendido a escuchar mis sentimientos, lo que le sucede a la gente a mi alrededor, como compositora y ser humano.




¿Cómo nació tu disco Corazón Bipolar?

– Me encontraba en una etapa de ver hacia el frente y no atrás. Decidí reírme de mí misma, contar una situación cotidiana en la que terminaste con alguien que sabías que te hacía daño y que ya no funcionaba; no iba a ningún lado, y que a pesar de saber que tomaste una decisión correcta, te levantas y al otro día y quieres marcarle porque lo extrañas. Decidí burlarme de estos contrastes. Por eso le puse así al disco. Como un acto de ya no llorarle al desamor, sino de demostrar que tengo la capacidad de reírme de lo trágico.










¿Cómo surge tu faceta de compositora?

– Desde chiquita me gustaba escribir, pero ya comencé a escribir sin querer cuando estaba en la escuela y me dejaban aprenderme poemas. Entonces, yo inventaba versos, incluso participé en concursos de poesía. Después encontré a Mario Sandoval, con quien formé Lú y en ese proyecto compuse mis primeras canciones con melodía y todo. Fue cuando comencé sola que hice canciones buscando identidad propia. Descubrí que mi identidad no era crear un personaje como compositora, sino la de ser tan imperfecta e intensa, y esas cosas ordinarias que cualquiera puede ser, atreviéndome a compartirlo. Ahora, lo que interpreto, casi todo es biográfico.




Cuéntame sobre el proceso de escribir, ¿cómo hallas la inspiración?

– Debes hallar el motor. Siempre he dicho que la inspiración es caprichosa, no viene cuando la llamas ni se va cuando ya no la quieres ahí. He escrito letras en mi computadora, en servilletas, en menús de restaurantes que me he llevado. He cantado melodías en mi celular en el avión… pero he convertido la composición en un oficio. Tengo momentos en los que digo: “ahora voy a hacer música”. Lo que más me sirve para que la inspiración continúe, además de vivir en un mundo de realidades es no vivir una vida glamorosa, el cliché de un artista. Eso me tiene en contacto con mis sentimientos. Además de alimentarme de todo tipo de música todo el tiempo.




¿En qué faceta de tu carrera te sientes más cómoda?




– Cómoda, componiendo. Pero produciendo y grabando es cuando más me siento como una niña. Es porque estoy jugando con mis ideas e imaginando cómo las recibirá la gente y es algo que me emociona mucho. El estudio y la grabación serían la faceta más emocionante, porque todavía no sé qué va a pasar con todo eso que estoy haciendo.




¿Qué otras cosas disfrutas además de cantar?

– Mi familia y mis amigos; las películas de terror, un buen libro, viajar… y, definitivamente, comer.




Hablando de comida, ¿cocinas… y con qué platillo sorprenderías a un hombre?

– Puedo hacer platillos elaborados, pero si me preguntas con qué podría sorprender, serían unos chilaquiles divorciados con huevo estrellado.




¿Qué te hace sentir sensual?

– Ese momento de reto en que enfrentas al escenario. El momento en el que logras retarlo y sin miedo; me siento segura y eso, por lo tanto, me hace sentir sexy. Cada vez que salgo al escenario, salgo sin dar nada por hecho. Que tengo que ganarme a la gente. Siempre salgo con las piernas temblando, pero cuando la gente canta las primeras palabras conmigo, siento que ya no es un show sólo mío, sino de todos.










¿Qué música escuchas ahora?

– Recientemente me obsesioné como tres meses con una canción que se llama “Falling”, de una banda llamada Haim. También he estado obsesionada con Twin Shadow, que de hecho hasta fue un detonante para que pudiera fluir de forma natural una canción, con el tipo de beat de Gossip Girl, que en este mes se estrena en cable –de donde además interpreto el tema oficial.




¿Cuál es tu escape más romántico?

– Creo que me gusta más el bosque que la playa; me gustan ambos, pero siempre voy contra la corriente. Soy fanática de aquello que no siempre tomamos tan en cuenta. La cabañita, el bosque, las historias que te puedes imaginar. Soy un poco cursi.




¿Tienes alguna adicción?

– Al azúcar. Soy muy ‘postrera’. Me he comido media docena de donas en una sentada. Hace un mes me comí un cheesecake, un pay de manzana caliente con helado, en una sentada.


¿Y tu peor defecto…?

– Soy obsesiva, y esto funciona para bien y para mal. Para bien, obviamente me hace más meticulosa y perfeccionista. Me permite analizar el mismo sentimiento desde diferentes perspectivas y hacer canciones. Por otro lado, puedo ser demasiado desesperada, lo cual puede frustrarme, me impacienta, y además de todo no leo señales en cosas que la gente no dice.


¿Qué te convenció de hacer este shooting?

– Open es una revista donde cuidan mucho las cosas para que sus producciones salgan bonitas. Siento que lo sutil es más sugestivo que lo obvio; además, todas las mujeres tenemos mucho de ese lado en el cual pretendemos tener magnetismo y atracción. Ser sensuales. Busco sorprenderme a mí misma; creo en diversificarnos y salirnos de la caja. Es como un desafío, sin rebasar tu esencia.


¿Qué consejo le darías a un hombre para que lo quieran?

– Hombres: no enseñen cartas que sólo sacan para ‘bluffear’ al principio. No pretendan ser una cosa cuando empiezan a salir con una chava, para después que la tienen, ser totalmente otra. También aprendan a escuchar, porque a las mujeres nos gusta hablar.



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